Entorno

Nos rodea una gran historia...
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San Martín de Montalbán adquirió su categoría de villa en Julio de 1665 por cédula real de Felipe IV, su historia como núcleo de población se remonta al Neolítico.

Prueba de ello son las hachas de piedra pulimentada, restos cerámicos y el dolmen de galería encontrados en su término.

Posteriormente, la zona estuvo habitada por una población de origen celta, quizás de cierta importancia, ya que existen, aunque de forma dispersa, varios asentamientos y viviendas subterráneas, utilizadas en ese período, que nos hace pensar en una población de gran envergadura. El estandarte más representativo del legado Celtíbero, es la estatuilla de “La Dama de Los Montes de Toledo”, que demuestra su adscripción artística por su forma fría y de aspecto inmutable, así como, la utilización de círculos concéntricos como detalles ornamentales.

En la etapa romana, San Martín de Montalbán, se ve especialmente beneficiado, ya que por sus tierras cruzaban dos de los itinerarios más utilizados, tales como, Tarragona-Mérida y Ávila-Córdoba.

De estas antiguas calzadas solo se conserva el “Puente Canasta”. Algunos de esos tramos, se reutilizaron posteriormente para marcar en época medieval el trazado de la Cañada Real Segoviana, que en tiempos de la Mesta se cobraba un tributo por el paso de ganado.

También en época romana, aunque no está totalmente demostrado, se cree que existían dos villas en lo que hoy es Melque y el Castillo de Montalbán.

En el período visigodo, el poblado de Melque se convirtió en un floreciente monasterio llamado Sta. Mª de Valdelmec. De aquel gran esplendor, ha permanecido la iglesia de Sta. Mª de Melque, edificada en el siglo VIII y que con gran honor da nombre a nuestro aceite.

La dominación árabe convirtió este cenobio en alcazaba y levantó la fortaleza de San Martín de Montalbán sobre el escarpado cauce del río Torcón. Posteriormente, en el siglo XII, Melque y el Castillo, fueron donados por Alfonso VIII a los Templarios, pasando a formar parte de una de las veintisiete bailías con las que contaban en España.

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DOLMEN DE GALERÍA.

El dolmen de galería es una edificación Neolítica de carácter eminentemente funerario, formado por la superposición de menhires en posición vertical y otro apoyado sobre ellos en horizontal. La construcción, dispone de una puerta de acceso, un corredor y una cámara mortuoria en forma circular. Su visita se puede realizar a través de la Senda Natural “Fresnos del Torcón” o de forma más rápida desde la carretera.

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TUMBAS ANTROPOMORFAS.

Estos enterramientos están tallados en la roca granítica y son de la misma factura y carácter que las que se encuentran en la Necrópolis de Malamoneda (Hontanar). Actualmente solo se pueden apreciar dos de ellas, pero se cree que bajo el subsuelo, existen más sepulcros de características similares, aún por descubrir. El conjunto se encuentra situado próximo a la Cañada Real Segoviana y es de fácil acceso para el visitante.

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PUENTE LA CANASTA.

El puente la canasta es el vestigio mejor conservado de lo que fuera una calzada romana secundaria que unía la legendaria Ciudad de Vascos, en el pueblo toledano de Navalmoralejo, y Toledo. La construcción permitía salvar el río Torcón en un paraje de canchales de sobrecogedora belleza.

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ERMITA DE MELQUE.

La iglesia de Santa María de Melque, fue un conjunto monástico construido en el siglo VIII, (posiblemente sobre una villa romana) en tierras entonces de Toledo, que fue la capital del reino visigodo de España. Su aparejo y las técnicas constructivas empleadas son de una clara influencia tardorromana, pero, su planta, en forma de cruz griega, y los escasos detalles decorativos, nos hacen recordar otras construcciones de origen bizantino.

Está construida a base de sillares de granito de gran tamaño, dispuestos en hiladas de forma irregular; sus muros son lisos, coronados por una cornisa y los arcos de herradura se ven representados en puertas y ventanas. Interiormente está formada por cuatro bóvedas de cañón peraltadas de gran altura, rematas con arcos de herradura de siete metros que dan paso a un espectacular cimborrio, base de la bóveda central. La historia de Santa María de Melque se va a ver sacudida por la dominación musulmana, que influyó en su arte, y que hizo de su bóveda central, la base de un torreón defensivo, tal vez sólo vigía. Melque es sin duda el mejor exponente que ha llegado a nosotros, pudiéndose contemplar un monumento visigodo, perfectamente acondicionado con una idónea iluminación, así como la posibilidad de visitar el centro de interpretación habilitado en una de las casas de labranza que rodeaban el santuario.

Santa María de Melque es, por tanto, el templo visigodo mejor conservado de la Península Ibérica y de toda Europa Occidental.

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CASTILLO DE MONTALBAN.

Todo parece indicar que el Castillo de Montalbán, con independencia de su origen musulmán, debió tomar importancia al idearse una línea de fortalezas con el fin de defender el río Tajo, como frontera a partir de la toma de la ciudad de Toledo por Alfonso VI en 1085.

Posteriormente, la fortaleza perteneció a la Orden Militar de Santa María de Valdelmec, siendo donado por Alfonso VIII, en 1197, la Orden de los Guardianes del Templo de Jerusalén, más conocidos como Caballeros Templarios. En el período, el Castillo de Montalbán se convirtió en cabeza de una de las veintisiete encomiendas que poseyeron los templarios en España y a la cual pertenecían grandes extensiones de tierras y otras fortificaciones. El castillo templario de Montalbán fue, pues, una fortaleza desde la cual se defendía un amplio territorio y se administraba y gobernaba a una amplia población. Cuando la Orden de los Templarios fue suprimida en Castilla, a principios del siglo XIV, el castillo fue concebido como Señoría Jurisdiccional a don Alfonso Fernández Coronel, al cual se debe gran parte de la obra actual. El señorío pasó a manos de Don Álvaro de Luna y, luego, a los Téllez de Girón, Condes de Montalbán. Esta soberbia fortaleza que se levanta sobre una impresionante garganta creada por el Río Torcón, luce aún, lozano, su adarve y las magníficas Torres Albarranas de planta pentagonal. Aún puede admirarse un sinfín de saeteras y matacanes, una magnífica torre del homenaje y otras dependencias y recintos amurallados. Es, sin duda, el Castillo de Montalbán, la fortaleza de mayor tamaño y complejidad.

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IGLESIA DE SAN ANDRES.

La iglesia de San Martín de Montalbán se levantó bajo la advocación de San Andrés Apóstol y se construyó a principios del siglo XVII sobre otra del siglo XIII, de la cual sólo nos ha quedado la torre de sillería de características románicas. La actual fue diseñada por Jorge Manuel Theotocópulus, hijo de El Greco. Ingeniero que diseñó también el Ayuntamiento de Toledo. En el exterior, es de forma octogonal; si bien, en el interior, mantiene la planta con forma de crucería románica, acaso por influencia del templo anterior. En la decoración interior destacan las pinturas murales realizadas por Boris Lugovskoy, obra de gran belleza y de peculiares formas, inusuales por esta zona.

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TURISMO VERDE.

La naturaleza de San Martín de Montalbán es generosa y variada, como variada es la campiña, pues a los llanos pardos de labrantíos se une la raña (llanura entre valles) por un escarpado y pedregoso paisaje intermedio que, durante millones de años, ha creado el Torcón, río que baja desde las cumbres de los Montes de Toledo. En estas tierras, vive la encina y el espliego, la oliva y el tomillo, la vid y el romero, el almendro y la retama y mil variedades más. En San Martín de Montalbán, conviven el huerto y el monte mediterráneo, de tal modo que el almendro y el cereal acogen a una rica y diversa fauna. Por sus cerros, pasea la perdiz toledana y española, la liebre saltarina, el callado conejo, el huidizo jabalí y el gato montés. Sus cielos son cruzados por búhos, águilas perdiceras, azores, halcones peregrinos y sisones. En ocasiones, es fácil observar el majestuoso vuelo del buitre negro y el águila real y en la raña se puede observar el paso de la avutarda. Fiel reflejo del cariño y del respeto que sus habitantes tienen a su naturaleza es el Paraje Natural de la Cantuérgana, donde es posible pasar los días de estío junto a la piscina natural, las áreas de descanso, esparcimiento y barbacoas, mini circuito de bicicletas, voley-playa y parque infantil. Desde este paraje se pueden realizar rutas de senderismo y mountain-bike de grado medio-bajo de dificultad, que nos acercan hasta el mismo Castillo por la cuenca del río Torcón o ver tres antiguos molinos.

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GASTRONOMÍA.

La gastronomía de San Martín de Montalbán tiene como base los productos de su tierra y las tradiciones seculares de sus vecinos. El municipio, forma parte de la zona de producción de dos productos que sobresalen por su calidad: el Queso y el Aceite de Oliva Virgen Extra”. El visitante podrá degustar magníficos platos de caza, liebre, perdiz o conejo. La liebre con arroz es exquisita y no menos elogios merecen las muchas formas de preparar las perdices: a la toledana, escabechada, estofada... Algo que sucede también en el caso del conejo. Sin embargo, si hubo antaño un plato base de la alimentación de los naturales de esta zona y, hoy, auténtico placer de degustar, este no es otro que el cocido, que por estas tierras compite con los mejores y más acreditados de toda España. Si consideramos la proximidad de San Martín de Montalbán a los Montes de Toledo, es fácil entender cómo sus mesas se enriquecen de carnes de caza de pelo que hacen de su cocina una de las más variadas de la provincia. Por último, los dulces tienen en la almendra, de gran producción en este término, uno de sus más exquisitos ingredientes y parte fundamental de excelentes postres.